domingo, 31 de marzo de 2013

Curas feng shui y uso de reguladores




 

 
 
       Las curas en feng shui son intervenciones que hacemos
 en el espacio que gestionamos para mejorar su calidad
 ambiental y vital. Se trata de conseguir que el chi entre,
 circule y continúe su marcha de la mejor manera, evitando
 bloqueos y situaciones que pueden drenar dicha energía
 vital.
         Partimos de aprender a percibir un espacio dado en

 el momento presente. Necesitamos recuperar la calma y
 atención mentales, así como nuestra capacidad de
‘resentir’ los lugares, y conocer como respiran. Esto pasa
 por activar nuestro sentido de la percepción consciente,
 que es más que la suma de recoger datos con los cinco
 sentidos sensoriales. Requiere aplicar la cualidad de la
 empatía y la receptividad al ambiente que habitamos.

       Otro aspecto relacionado con los procesos de
 armonización espaciales, tiene que ver con nuestra
 vinculación y conexión a un lugar. Como nos recuerdan

 los nativo americanos, pertenecemos a la tierra. La tierra

 que habitamos está viva, tiene consciencia.




 
      Cada lugar porta su historia y sus ‘huellas emocionales’
 por lo que ha vivido. Al no tener suficiente energía yang,
 un espacio puede saturarse de psiquismos y diversas
 experiencias, y precisa ser limpiado. El vaciado consciente
 de un espacio –que incluye orden y limpieza en
 profundidad, además de despejar su energía residual
 anterior- ayuda a que nos conectemos profundamente con
 aquel.

       También hemos de considerar, que es bueno hacer
 ajustes en el espacio cuando necesitemos o queramos vivir
 cambios para seguir evolucionando. La propuesta principal
 del feng shui se basa en que hemos de ‘actualizar’ nuestro
 espacio para que éste hable de la vida que llevamos ahora,
 y quien somos y lo que nos importa en el presente. Si
 estamos pasando por una fase estable y armónica, no
 precisamos hacer ajustes.
 
      Al plantearnos este trabajo de armonización espacial,
 primero tratamos de balancear el ambiente que percibimos
 en función de las polaridades yin y yang. Buscamos la
 tendencia a un equilibrio, que es señal de salud ambiental
 y confort verdadero. La esencia de una ‘cura’ o ajuste
 comprende incorporar la cualidad complementaria a la que
observamos en exceso o defecto.
 
      Si nos percatamos de un rincón oscuro, frio y
estancado, tratamos de meter luz, calor y movimiento.     
 Si la sensación percibida es de mucha inestabilidad,
 introducimos serenidad y estabilidad. Cuando el ambiente
 se recibe hostil y despersonalizado, buscamos la manera de
 hacerlo acogedor y entrañable.



 

         A continuación, tratamos de revisar la relación de
 características energéticas desde el planteamiento de los
 cinco elementos, y vemos como podemos actuar con
soluciones decorativas para mejorar el ambiente. Con todo,
 en nuestra experiencia, la armonización al principio
 requiere sobre todo ‘soltar lastre’, debido al exceso de
 objetos, y la falta de uso y de significado en el momento
actual.

       Necesitamos aprender a reconocer que cada rincón es
 como una familia de objetos + muebles + espacio que
 precisa de su atmósfera y de su vacío para unirse
 armoniosamente a otros rincones y habitaciones de la casa.
 También hace falta que dediquemos tiempo y afecto al
 espacio que ocupamos, que nos sinceremos con él,
reconociendo la metáfora que es de nuestra persona y
 nuestras relaciones.

      Una vez llevado a cabo este trabajo de vaciado,
 vinculación y percepción consciente de un lugar, es cuando
 tiene sentido recurrir al empleo de los armonizadores o
reguladores  feng shui. Estos nos ayudan a activar la
 energía, a estabilizarla o a modularla de maneras precisas
 y en determinados puntos sensibles de la casa. De una
 forma técnica, podemos usar el mapa Pakua para hacer
 cambios concretos en las áreas asociadas al tema que
necesitamos.

        La intencionalidad con la que obramos es clave y de
 alguna manera impregna todo el proceso de armonización.
 A posteriori, se requiere un seguimiento, según vamos
 viviendo, tomándonos pausas para balancear la ‘cura’
 realizada, y como nos sienta. Si hace falta, ésta se revisa y
 puede mantenerse más tiempo, retirarse tras un tiempo, o
 corregirla para hacerla más completa.




 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario