domingo, 24 de marzo de 2013

En medio de un Taller de Técnica Metamórfica




 


 

            La experiencia de poder ofrecer un taller de la Técnica Metamórfica es más que nada una oportunidad de relacionarnos tal como somos. Porque constituye una oportunidad de aprender una manera sencilla de ayudar a que la energía de la vida se movilice en la otra persona. Durante el taller hablamos de cosas simples y al tiempo esenciales.
      Reconocemos los linajes paternos de los que provenimos, así como las distintas influencias vividas en la Tierra hasta el momento de nuestra concepción y embarazo.Tomamos consciencia de como estos nueve meses de formación nos capacitan por un lado para ser una persona única, genuina e individual. Y por otra parte, como también nos preparamos para dar respuesta -desde que nacemos- al desafío humano de la relación entre individuos.



      Asumimos los distintos condicionantes que forman el marco contextual de nuestra propia vida, y cuando cobramos consciencia, la oruga que también somos, alza la cabeza para que alcancemos a oler que hay algo más esperándonos.
 

 
     Durante una corta tarde en la que transcurre la experiencia del taller, decidimos encontrarnos con otras personas para compartir un rato de nuestra existencia. En este fugaz episodio de nuestra vida hilvanamos la aguja del conocimiento para acoger esta técnica como una herramienta que dinamiza nuestra vida. Con la ayuda del tacto, aprendemos a surcar con una presión mediana esos puntos reflejos de la columna vertebral en nuestros pies, manos y cabeza.
     La experiencia es agradable, nos relaja y calma. Y casi sin quererlo, se inicia un viaje de transformación que encara el aun lejano`primer vuelo de la mariposa. Intuimos en nuestro corazón que podemos aprender a fluir mejor con la vida, partiendo de nuestras circunstancias presentes. Algunas las llamamos bloqueos o estancamientos, otras dudas o confusiones..


 
    Si tan sólo nos dejamos acunar por la vida, si aceptamos transformarnos para "llegar a ser quien en verdad somos" (David Singer), nos apetecerá practicar esta herramienta. Pronto daremos y recibiremos el masaje metamórfico con la certeza de estar colaborando  con la vida de una manera bella e impecable. Entre familiares o amigos, o tal vez embarcándonos en la aventura de enseñar a unos 'desconocidos' a que se animen a expandir la onda de la vida con tan útil propuesta.
     Paramos, nos sentamos o tumbamos en la camilla, y en medio del relax, se abre un hueco desde nuestra intención libre, que permite acurrucarnos en el capullo, para que pasado un tiempo nos traiga algún día el volar de la mariposa.

     Allá donde la vida nos lleva disfrutamos y compartimos la medicina: Enredadxs, Basida Navahondilla, CSA Barrio Tiétar, Adauro San Martín de Valdeiglesias, Raíz Casavieja.., y quien sabe cuantas paradas donde la mariposa pondrá sus huevos, nutriendo la vida de esperanza y alegría.










 
 
 
 
 
 

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