El ch’i se manifiesta con las características de cinco transformaciones de energía ch’i o, dicho simplemente, con los cinco elementos, que corresponden a los movimientos que cumple la energía en su ciclo de constante transformación en el equilibrio dinámico del Yin y el Yang.
La vida, en todas sus formas, actúa junto con el cielo y está condicionada por el ciclo de estos elementos; y permite al hombre entrar en armonía con el ambiente y con él mismo.
Cada uno de los cinco elementos describe un tipo de energía particular, comparada para facilitar la comprensión a la atmósfera correspondiente a cada estación del año: para los chinos, el año comprende cinco estaciones: entre el verano y el otoño añaden la estación denominada verano tardío. Cada época se asocia a un elemento determinado que describe la calidad del especial tipo de energía: madera, fuego, tierra, metal y agua.
Elemento Madera.-
Palabra clave: MOVILIZACIÓN.
La energía de la Madera se relaciona con la fase estacional de la primavera, cuando tras el descanso invernal, la vida retoma su ciclo de crecimiento. Desde el momento que una semilla brota, comienza a crecer. La vida dentro de ella se expande hacia fuera, y va hacia arriba. Por eso, esta energía a veces se denomina ‘Espacio’. También ‘Árbol’, porque su metáfora es muy gráfica de la energía vital en crecimiento.
La Madera es afín a los ‘renaceres’, y también a la etapa de la infancia en el reloj humano. Por ello, es una energía ligera y jovial, que se entusiasma con lo que hace. Se asocia también al ámbito del pensamiento, y cuando está en positivo, se expresa a través de la emoción de la amabilidad. En negativo, este elemento genera rabia e inmadurez, como un “niño tirano” que lo quiere todo, pero sin crecer y evolucionar.
En la decoración, la asociamos con las formas de columna o verticales, y con los materiales que provienen del mundo vegetal, madera, telas y fibras. Los verdes y azules, que abundan en la naturaleza, son los colores que la representan, nos transmiten salud y vitalidad.
Cualquier diseño o imagen que nos sugiera apertura, espacio o amplitud, o nos dé el mensaje de crecimiento o movimiento expansivo, transmite las cualidades de la Madera. Un ejemplo sería una fotografía de un bosque de coníferas verde mostrando un paisaje abierto, casi sin límites.
Asimismo, las plantas, con la sensación de vitalidad y crecimiento que transmiten, reflejan bien este elemento. También el poder que deriva de algunos instrumentos musicales, o el propio grito, que se asemeja a la energía natural del Trueno, imagen también del reino Madera en feng shui.
Asociamos esta energía con la habitación de la sala de estar, la más amplia de la casa. Este es un espacio donde los familiares entre sí, o con las amistades que acuden a visitarnos, intercambiamos informalmente, sobre todo entretenimiento.
Puede ser una actividad necesaria para nuestra vida además de divertida, sin embargo no conlleva compromiso ni mayor implicación. Con todo, precisamos de estos espacios lúdicos para quitarnos estrés, y también para no tomarnos la vida tan en serio.
La madera muestra como la energía ian está en aumento (al igual que la duración de los días en primavera), dejando atrás el letargo invernal, y el dominio del in femenino. Surgiendo desde la base oscura de la vida, el ian crece y crece, en ascensión hacia el dominio celeste.
La Madera se encarga de trenzar esta escalera, movilizando la vida por el camino e inundándonos de naturaleza vegetal abundante. Nos devuelve la fértil promesa de poder dejar atrás fantasmas de éxitos y fracasos, para volver a empezar. Desde nuestro optimista entusiasmo renacido todo desafío parece pequeño. ¡Capitán, más madera!
La
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