jueves, 19 de diciembre de 2013

La dicha de estar cerca del otro: cuando nos descubrimos en los demás, en lo afín y en lo distinto

 
 
  


    El ser humano está abocado a encontrar su plenitud a través de lograr la maestría en el encuentro con el otro. El contacto con el otro nos eleva y nos hunde, saca lo mejor y 'lo peor' de uno mismo. Partimos de un frío mundo de tonos grises y aspiramos al colorido de la relación humana. Cada nuevo encuentro nos supone abrir la puerta de nuevo, e iniciarnos en la aventura del viaje hacia el compartir.






     Nos irá mejor si no nos acompaña un pesado lastre de lo ya vivido. Que estemos abiertos a la sorpresa, a los 'milagros' de cada día y a experimentar la magia, como los niños que pueden contemplar con facilidad un elefante en una roca olvidada en el monte.
 
 
     La aventura con el otro nos demanda a veces agacharnos, ir al encuentro.. salir del propio mundo.
 
 



      También son importantes la capacidad de jugar por cualquier cosa, en cualquier momento que se preste, sacar a pasear el niñ@ interior, que siempre está dispuesto..

 
 
 


o invitar a los momentos de locura y desenfado lo más posible,
 


 
 
y saber desnudarnos -en todos los aspectos- para sentirnos más cerca.
 
 
 
      No olvidar, tampoco darlo por hecho que toda relación es un juego continuo de luces y sombras, un subeybaja..
 
 

 

 

 



queremos encontrarnos para compartir los sueños comunes.. los ya logrados,
 
 
 
 o la aún pendiente y universal aspiración de la fusión con el ser querido..
 


  ..para llegar al instante lúcido -a menudo en medio de soledad de la buena- de descubrir al otro amado en cada brizna de hierba,

 

 
 

en las curvas de un árbol del callado bosque,


 


y en la mágica luna en la oscura noche,
 
 
 

que nos recuerdan que en todo momento el otro está ahí.. para que cuando creamos que aparece sepamos recibirle, con lo agradable y con lo menos, porque realmente nunca se fue de nosotros.
 
 
 
Namasté!
 
Vuelve la luz en el solsticio, para renovar la llamita que en cada uno vive, aprovéchala.
 
 
 
 
 

 

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