lunes, 31 de marzo de 2014

Salud a través de nuestros ancestros: feng shui familiar y la descodificación biológica

  
  
 'Para Patrick Obissier la enfermedad es una solución biológica y simbólica del organismo que tiene un propósito, pues se trata de un programa de supervivencia para suprimir el estrés fruto de los conflictos que afectan a todo ser vivo.  La descodificación biológica parte de esa premisa: la enfermedad es una respuesta física determinada frente a una situación estresante, a un conflicto no resuelto que se ha vivido en soledad. Todo conflicto da lugar a una gran alteración emocional que no tiene salida posible, o al menos la persona afectada no lo ve. Es como si esa persona hubiera vivido un instante de desconexión, un aletargamiento emocional que ha quedado anclado en su interior; y es entonces cuando esta forma de terapia puede ayudar al individuo a descubrir el conflicto, a tratarlo, mediante la descodificación de la enfermedad. Una vez descubiertas las soluciones que crean armonía en nuestro cuerpo y en nuestra vida, el organismo ya no tendrá que generar ninguna dolencia para restablecer el equilibrio perdido, y dicha dolencia dejará de formar parte del legado que dejemos a nuestros descendientes.'
 
             De la contraportada del libro 'Descodificación biológica y destino familiar' Patrick Obissier
 
     El pasado viernes comencé la lectura de un libro bien interesante; parte de sus premisas las conocía porque son afines a otros autores (ver Eric Rolf ´la medicina del alma´ o R. Dalke 'la enfermedad como camino'). De hecho, también me resonó con los principios universales que Gaston St Pierre comenta en sus libros sobre la Técnica Metamórfica.
   Desde hace años, cuando comencé a estudiar feng shui, el tema de los ancestros y las diferentes herencias que recibimos de ellos, siempre me ha interesado. En paralelo, desde hace 30 años me he interesado en la autogestión de la salud: yoga, higienismo, terapias vibracionales.. Ambas trayectorias experienciales convergen ahora para indicarme la importancia de llegar a desvelar el legado familiar, que se esconde en la memoria de nuestras células.
 

   Estoy convencido de que si queremos aspirar a una vida plena, necesitamos desentrañar los misterios de esta memoria, que al tiempo encierra nuestro karma. Y el cuerpo, con sus mensajes cotidianos es la llave, sólo que necesitamos aprender la comprensión de su lenguaje. Desde hace tiempo asumí que los llamados cuadros agudos de enfermedades comunes son, además de limpiezas físicas desde nuestro poder innato de autocuración, oportunidades para escuchar mensajes que llegan de nuestro interior.
 
    En esta línea, siempre que he acudido a un especialista de la salud natural (naturópata, reiki, osteópata..) he tratado desde el principio de establecer con cada profesional una relación horizontal que me permita asumir la principal responsabilidad de lo que ocurre en la consulta, independientemente de la terapia y apoyos recibidos. Dicho en otras palabras, necesito enterarme de lo que ocurre con la nueva información que llega, tanto al conversar, como en la camilla o gracias a los 'medicamentos naturales'. Para ello, primero necesito estar atento también a lo que 'sale' de mi, a como mi cuerpo-ser se expresa, que libera que estuviera retenido, a partir de un espacio de confianza y cuidado.


 
   Después, necesito asimilar parte de la nueva información recibida, no tanto intelectualmente como vivencialmente, a nivel instintivo pero poniendo consciencia desde el momento presente. Si voy deprisa o recibo exceso de apoyos a la vez, corro el riesgo de saturarme y al no enterarme, continuar al poco tiempo con las viejas pautas vigentes en mi cuerpo-mente. Por ello, es esencial la comprensión con el sentimiento.
    Hay momentos donde la lectura de libros resulta inspiradora, pues me ayuda a crear ese 'espacio-nido' donde generar escucha profunda. Así ocurre ahora con el libro de Patrick Obissier, se trata más de una 'caminata de poder' o de un reencuentro con un viejo lugar conocido, siento abrirse partes en mí y sentir cerca la posibilidad de que salten 'resortes' limitantes de mi persona, que propicien sanación y un estar más total en la vida.
    Como comentaba Daniel Santos en su libro 'Feng shui para el cuerpo' podemos ganar en la conectividad con todo lo que nos rodea, si nos decidimos por ampliar los modos positivos de relacionarnos con el entorno, sin resistencias, sin exigencias. Estas resistencias limitadoras hunden sus raíces en lo que P. Obissier explica de como heredamos conflictos de nuestros antepasados, así como las respuestas a los mismos que ellos adoptaron.
    Hemos de llegar a abrazar con serenidad la 'etapa caliente de la enfermedad' (=cuadro agudo, las "-itis") para que ella nos conduzca hasta la zona fría donde mora el conflicto pendiente de resolver y el correspondiente nudo de angustia. Hemos de comprender como la incomodidad de muchos síntomas físicos es una bendición disfrazada para traernos salud y hacernos más grandes como seres humanos.
 
 
    En esos momentos de reequilibrio y autocuración, que a menudo rechaza la mayoría de la gente por incomprensión, ayuda la soledad intimista, que sin embargo tanto evitamos. Esto se vincula directamente con lo que el higienismo denomina 'cura de desintoxicación o reposo', y que precisa estar con uno mismo de verdad, 'verse las caras' tal vez para reunir el valor de quitarnos las máscaras de falsas identificaciones con las que creemos que funciona la vida.
 
 
     Por eso ahora, y en medio de nuestras búsquedas personales a través de las experiencias de la salud natural, de manera sincrónica vuelve a aflorar en Esperanza y en mí la pulsación de retomar la gestación de nuestra casa rural-reposo-ocio como proyecto de vida. Es comprensible, a poco que uno se mete de nuevo en la 'rueda de la vida' ella te mece y te lleva, te hace soñar y sentir lo que en verdad necesitas ahora para vivir más plenamente.
 
 
    Es similar también a los viajes del héroe de las antiguas mitologías precristianas, donde los distintos arquetipos vitales aparecen en personajes y vivencias como desafíos que nos van ayudando a crecer. En el fondo, cuando creemos de verdad que la vida nos apoya (Eric Rolf) sucede que dejamos de ver la vida como un campo de batalla, para considerarla primero un laboratorio de investigación, y más adelante un hermoso jardín de juegos (cita de Swami Chandra que comenta P. Obissier en su libro).
    Por eso también recientemente hemos contactado con juegos nuevos para mover experiencias vitales nuevas, y así es más fácil seguir caminando gozosos con la mochila de nuestros antepasados, donde además de 'cargas' y de 'talentos' también podemos hallar la brújula que nos permita descifrar los misterios de nuestras enfermedades, para convertirlas en los calderos de la sabiduría.
 
 
 
 ¡Feliz Ostara! ..estamos en la luna nueva de aries: "cordero místico que quitas el pecado del mundo, danos la paz"
 
 
 

 

 

 

 
 

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