Clavelinas blancas de pureza radiante en el rincón de la diosa en el oeste
INTRODUCCIÓN.-
El Jardín Natural Tiyoweh Yul es un pequeño espacio recuperado dentro de una parcela de 500m2 con una vivienda de unos 85m2 (más una parte baja aprovechada con 35m2 edificados debido a la pendiente del terreno, y más un garaje separado de la parte baja) emplazado en una urbanización de 160 viviendas del municipio de Navahondilla (Ávila), justo donde empiezan las primeras estribaciones de Gredos, construida en los años 70.
La parcela se orienta al noroeste, y debido al relieve y construcciones que ocupan gran parte del arco solar este-oeste, es un espacio con déficit de sol, en especial de la luz de la mañana. Esto hace que en invierno, la parcela sea muy umbría.
Otro condicionamiento importante es que se trata de una reforma de un espacio ajardinado como residencia de fin de semana, que fue realizado según criterios no sostenibles de jardinería. Lo más aprovechable eran los frutales plantados, aunque con soleamiento y suelo fértil insuficientes, y sobre todo los aterrazamientos ya existentes así como un aljibe semisubterráneo de unos 5m3 de capacidad, conectado mediante canalones al agua principal del tejado.
Detalle del compostero en el rincón sur esta primavera 2013
Ocupamos la parcela en pleno verano (agosto 2005), hallándose el jardín en condiciones lamentables por la sequía y descuido sufridos en los últimos meses. El primer momento de ocupación sirvió para eliminar leña muerta de frutales y modificar la rampa de acceso al garaje, siendo sustituida por un jardín circular (trabajo de 9 meses que me ayudó a enraizarme en el lugar).
Este jardín, llamado durante los primeros años el jardín de la rueda de medicina, cumplía la principal función de generar una vibración positiva de sanación para el resto de la parcela. Lo hacía en combinación con la buena energía de la poderosa secuoya de 25 años que habían plantado los anteriores propietarios, y que actualmente domina la estampa de jardín. En el presente, su evolución es hacia un jardín umbrío y rincón de contemplación, como bien saben nuestros gatos.
Detalle de un grosellero blanco en el jardín del este
La situación personal en la que me hallaba entonces no propició la realización de un diseño formal de permacultura, debido en parte a que la falta de recursos económicos iniciales no permitía adaptar la vivienda hacia la sustentabilidad energética. Después de hecha la reforma interior de ésta, cómo se pudo, e incorporarse a la vivienda una persona ajena a la permacultura, no ha sido viable incorporar criterios de eficiencia energética suficientes, ni retomar un proyecto formal de diseño permacultural.
Esto ha conducido a una práctica de transformación del jardín mediante largos procesos de ensayo-error/acierto, en los que he ido conociendo las capacidades reales del lugar, y las posibles ‘cosechas’ y rendimientos disponibles. Digamos que practicado el principio 1 de diseño 'Observa e interactúa' en orden inverso.
No obstante, hemos avanzado mucho en la mejora del suelo –al que se han aportado distintos materiales orgánicos-, el acolchado de la tierra -mediante broza y hierba segada incorporada, y paja en un par de ocasiones- así como en el equilibrio general del jardín, habiendo disminuido las enfermedades y plagas notablemente.
Depósitos de agua en el sur camino del invernadero en un lateral de la parcela
A este respecto, comentar que, aunque hemos probado puntualmente diferentes métodos de control biológico de plagas, desde hace un par de años, sólo practicamos de forma sistemática el aporte fertilizante de purín de ortigas, y el ‘destierro’ al final de la calle del excedente de caracoles y babosas, y puntualmente también otros 'picos' de plagas. Estos, junto a los llamados ‘bichos bola’ son los principales agentes animales perturbadores, en especial de las plantas hortalizas durante su primera fase de crecimiento y de varias plantas antes de florecer.
También hemos contribuido a la mejora de la salud del espacio, transmitiendo, durante unos años con cierta regularidad, energía positiva mediante una técnica similar al reiki. Asimismo, para favorecer la sintonía armoniosa con los reinos mineral, vegetal y animal, hemos colocado distintos cristales y minerales por la parcela (por ejemplo turmalinas negras), algunos de los cuales se prestan a ejercer de ‘enfermeros itinerantes’ cuando una planta leñosa enferma.
Vista desde la terraza del estanque y los lilos en flor este pasado abril
El planteamiento inicial para el jardín delantero (75% del total del espacio cultivable) de crear una red integrado de estanques pequeños en un circuito que partiera desde el aljibe, no fue viable. Se ha necesitado de completar los aterrazamientos, para definir zonas de mejor manejo y cultivo, evitando la pérdida excesiva de agua y nutrientes.
El jardín ganó con micro espacios y potencial efecto marginal o de borde, que recién ahora empieza a ser aprovechado significativamente. En los primeros años (2006-2010), el seto de arizónicas que rodeaba la parcela fue gradualmente suprimido (parte compostado y usado como leña al principio) en pos de ganar luz y conexión con el medio circundante.
Detalle de abono verde (berros, mostaza y fenogreco) en el cajón de Hortalizas
Tras las grandes ‘obras’ de 2008, 09, 10 y 11 (este último año con la instalación de un sistema riego a goteo con electroválvulas que ha descargado de trabajo de riego en verano, aunque reconozco que la alta densidad de población vegetal ornamental genera un consumo hídrico más alto del deseable), hemos pasado un período de cierta ‘inactividad’, marcado por mucha actividad social externa: Camino de Santiago, participación en un grupo de consumo local, colaboración en la formación de la Ecored Alberche-Tiétar..). Esta situación ha sido necesaria para crear relaciones humanas significativas de mutua ayuda cerca de donde vivimos.
También referiremos aquí, que durante los años 2006 a 2010 colaboré -en la medida de las circunstancias sociales de la urbanización- con el desarrollo de la Comunidad de Propietarios (principalmente segundas residencias). Fue una buena experiencia de gestión colectiva, que generó amistades, aunque la transformación social ha sido mínima, dándose riesgos básicos en el aprovisionamiento de agua, poca participación social y cultural y escaso interés por lo ecosostenible.
Panorámica del rincón silvestre de nuestro 'bosquecillo'
El pasado año 2012, especialmente seco, realizamos inversiones significativas, comprando cuatro depósitos pequeños (una capacidad de 3,3m3), que se suman al estanque, el aljibe y una serie de cubos grandes y bidones de entre 100 y 200 litros cada uno. También la construcción de almacén jardinería invernadero casi se terminó, y está previsto que esté operativa a final de este otoño de 2013. Este nuevo servicio va a ayudar a descargar el espacio del ‘garaje’, permitiendo más adelante su transformación hacia una zona mixta de almacenaje de energía + estar en verano.
Exuberancia primaveral en la esquina del norte con photinia, caléndula, salvia y..
Esta primavera de 2013, coincidiendo con la reforma del estanque construido hace 4 años, he realizado una sistematización previa a un diseño formal permacultural, localizando una zona I, una zona II y una minizona V, o espacio silvestre. Comentar también, que, en medio de la experiencia social activa, durante 2011-12 me he vuelto a conectar con personas interesadas en aprender y practicar permacultura y agroecología, tanto de Madrid como de núcleos próximos a nuestra vivienda.
La ayuda las dos pasadas semanas de un amigo (ver reportaje con fotos y artículos en el blog 8calderos.blogspot.com) en la reforma del estanque, marca un nuevo hito de especial envergadura, que me motiva a retomar el proyecto original en cuanto a jardín demostrativo, eso sí reconociendo el cambio cualitativo que define la vida familiar en pareja. Este momento individual coincide con el estreno, en el ámbito social cercano, de la ecored alberchetiétar.
Jardín de madroños y laureles con aromáticas sobre la antigua rampa de acceso
No quiero finalizar esta introducción, sin referirme a la positiva experiencia de mutua ayuda y colaboración comunitaria en la que transcurrió la reforma de nuestro hogar, entre mayo 2006 (recién inaugurado el jardín sobre la antigua rampa de acceso) y julio del 2008 (cuando procedo a definir la zona intermedia del jardín delantero que ha conducido al diseño actual de este espacio).
Maravilla (caléndula) reina de la alegría, ¡su flor se come!
Nos sentimos afortunados por vivir tan cerca de la naturaleza, y ser los responsables gozosos de tantas criaturas vivas que moran en casa. Además de nuestros dos gatos, el segundo una gatita adoptada hace año y medio de la calle, varios sapitos parecen estar probando la idoneidad de nuestro hábitat.
Multitud de insectos pululan por doquier, y a menudo los pájaros nos visitan, en especial los mirlos, que en invierno se entretienen moviendo los acolchados de su sitio. La fallida prueba de aclimatar en el estanque una pareja de tortugas de florida compradas en una tienda el pasado año, me ha confirmado en la realidad, de que los animales que vengan lo harán por su propia voluntad, y respondiendo al atractivo vital de este pequeño bello lugar de paz.
Muchas gracias madre tierra por acogernos aquí!
Detalle de tomatera acolchada en la mesa de hortalizas en el porche suroeste
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