Mejorando la fertilidad del jardín natural

  

 

bancal de ortigas en el río tiétar

 

 

     El mes de abril significa movimiento y esfuerzo físico para que el jardín coja tono y sea productivo y bello. Hemos de sanear bancales, regular la población de hierbas adventicias, sembrar y fertilizar los macizos de flores y hortalizas.
 

     Este año, de tanta agua recibida, la primavera viene florida y cargada con promesas de abundancia. En este artículo del blog continuaremos con nuestra siembra en el cajón de hortalizas, y el saneamiento del rincón del compostero. Para otro próximo post dejamos el invernadero-caseta de jardinería y el crecimiento de la mesa de hortalizas.

detalle de las hileras de leguminosas creciendo apretadas en el cajón

     Como se aprecia en las dos fotos de arriba, hemos trasplantado 4 tomateras, 3 matas de pimiento, una decena de puerros y unas aromáticas: salvia, manzanilla y hierbabuena en el centro y perejil (2) y orégano (2) a los lados. También ya han crecido la mezcla leguminosa de brotes de fenogreco, mostaza y berro sembrada cuando preparamos la tierra del cajón hace unas semanas.

detalle de la tomatera en cajón y las leguminosas rodeándola

 

 

     Este pasado día 1 de mayo hemos aprovechado para dar una primera siega a las leguminosas de nuestro cajón de hortaliza. Las dejamos de acolchado como abono de cobertera sobre la misma tierra, ahora que ya casi ha bajado de tamaño el acolchado de hierba que añadimos hace diez días.

 detalle de las leguminosas segadas en el cajón de hortalizas

 

 

     Podemos apreciar así como, desde el inicio de su cultivo, la tierra en el cajón permanece cubierta, evitando que pierda humedad y generando más materia orgánica a incorporarse a la misma.

 

 

     Esta forma de abonar en cobertera, es junto al abono inicial con el aporte de tierra al crear un bancal, el abono verde y el compost, las maneras principales de fertilizar nuestro jardín-huerto de forma ecológica, al tiempo que más económica.

      Unos días después, hemos continuado con el acondicionamiento del compostero, iniciado ya hace más de un mes. Después de retirar los palés que hacían de estructura el pasado año (porque no reuníamos tanta cantidad para llenarla), este año trabajamos el diseño de montón, que está adosado a la valla en la esquina sur del jardín, un lugar semisombreado detrás de la casa, y bastante cerca de nuestra cocina.

 

compostero en rincón del jardín tras retirar palés del año pasado

 

 

     Aunque nuestro espacio en este rincón está ajustado, hemos habilitado, pegado a la izquierda del compostero, un minibancal donde sembrar calabazas, leguminosas y consueldas. El cultivo intensivo de estas últimas, cuando estén bastante crecidas, nos va a aportar nutrientes al compost, ya que las segaremos a menudo. A la tierra que había, hemos añadido estiércol comercial de caballo mezclado con fibra de coco. Lo hemos tapado con hierba recién segada para que mantenga su humedad.

 

detalle del montón de compost después de ser volteado

 

     Es importante que ahora cuidemos de que nuestro montón de compost no se moje demasiado, ya que durante las últimas lluvias no estábamos en casa y se quedo sin tapar. Por eso, el volteo del pasado sábado 4 -en un día de débil calentamiento según el calendario lunar- le ha venido bien para airearlo. Todavía nos queda provisión de hierba segada que iremos incorporando al compost sumada a los restos de alimentos sin cocinar de la casa.

 

detalle de hierba segada en la zona donde crece el montón de compost

 

     En próximas semanas os contaremos como evoluciona el compostero, y os mostraremos algunas imágenes de su proceso interno. Deciros que el rincón del jardín del este, donde crece la higuera grande, está en plena abundancia. Progresan bien los groselleros, arándanos y frambuesos que viven ahí. Hemos dado un primer corte a un mata de melisa limón, y hemos retirado hiedra enraizada que estaba demasiado invasiva.

 

detalle del jardín del este, también en la zona trasera