jueves, 7 de noviembre de 2013

Taller feng shui vivencial (5): Nos Vaciamos

     

 
     La parte que sigue en el viaje del taller, nos ocupa primero con relacionarnos con la casa como si de un cuerpo vivo, orgánico, se tratara. De hecho, de alguna manera es así, porque funciona como un organismo vivo. Por eso en feng shui solemos repetir la frase: "El chi entra abundantemente, circula sin bloqueos y continua su marcha" Se entiende bien si aludimos a la imagen del funcionamiento correcto del aparato digestivo, cuando la ingestión de alimentos también es adecuada.
   Hay que cuidar la boca o entrada de la casa, masticar bien y pasar para dentro. Después el alimento ha de circular, llegar donde es reclamado, y una buena combinación de alimentos en las comidas es similar a una buena colocación de los muebles en los espacios para que la bioenergía circule libre y fluida sin atascarse ni acelerarse.
   Luego veremos sobre la importancia de no comer en exceso (demasiados objetos o no usarlos ni apreciarlos) así como de aprender a 'purgarse', es decir acometer con éxito un vaciado de espacios. Ahora quiero comentaros al respecto del significado de las habitaciones, por qué cada una de ellas tiene su función específica y se muestra diferente en la decoración a las otras.

     Hace tiempo nuestro modelo de casa, que parte del templo antiguo griego ó 'megarón', se fue especializando en distintas áreas que llamamos habitaciones, que han de permitir que podamos descansar, relacionarnos, cocinar, etc. En feng shui decimos que es importante que una cocina se parezca a una cocina, y que un dormitorio sea eso y no un espacio confuso que recuerda a medias a un gimnasio o a un despacho.
 
 
 
   Hemos de entender que le chi vital se comporta un poco como los niños pequeños o los animales, es puro instinto, no atiende a argumentos intelectuales (¡menos mal!). Para él cada habitación ha de respirar en su decoración ese tono que podamos percibir sensorialmente que invita a lo que su nombre nos dice, y no a una mezcla sin definir de cosas o a lo contrario del nombre.
   Después, nos relajamos con la dinámica 6, un juego ligero para practicar confianza y profundizar en la percepción sensorial. Nos vaciamos de nuevo del sentido de la vista, y hacemos por parejas de lazarillo y ciego. Es una manera divertida de experimentar el ambiente en el que nos movemos, activando el radar cual murciélagos.
   Tras el rato lúdico y corporal, podemos seguir para tratar ahora sobre la importancia del orden y la limpieza'Vaciar un espacio' es reconocer que éste ya no vibra fresco o vital, porque tiene demasiadas cosas o porque éstas están por medio sin encontrar su sitio en armonía con el resto.
   Cuando nos ocupamos de mantener un orden espontáneo que se adapta a picos de actividad (con aparente desorden) y creatividad, y a otros momentos de tranquilidad donde el ambiente parece un lago sereno, estamos en camino de ir conociendo mejor las necesidades del lugar. Podemos entonces también cuando ordenamos contactar con la necesidad de 'cerrar círculos', historias pendientes que colean todavía, y que al cerrarlas nos darán energía extra para nuestras metas presentes.
   En nuestro taller hablamos de la práctica de 'las 3 cajas' para hacer en casa. Dedicamos ratos de orden en profundidad y disponemos tres grandes cajas para distribuir lo que nos quedamos, lo que tiramos, vendemos o regalamos y una tercera caja para lo que está en duda.En nuestra experiencia es difícil redecorar un espacio o querer plasmar algo nuevo en él, sin proceder primero a un vaciado (orden y limpieza en profundidad), a menudo acompañado por un despeje energético del mismo.
 
 
   Vivir la experiencia de 'tocar lo vacío' nos conduce a la esencia, a reconocer lo realmente importante. A menudo es una práctica necesaria para reconocer la casa como alguien querido por vez primera, o para reencontrarnos con su espíritu tras una etapa difícil (por enfermedad o cambios dolorosos) que hemos vivido. De una forma meridiana, sentimos su fuerza y apoyo, al tiempo que una estrecha relación con el lugar que nos cobija.
   Estamos en condiciones de VINCULAR con el espacio, algo imprescindible en la creación de un Hogar.

 
  

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