martes, 19 de noviembre de 2013

Taller feng shui vivencial (8): Rehabitándonos.

    
 

 

 
cualquier momento vale para despertar
 a la experiencia de habitar nuestro espacio interno
 
     Después que hemos considerado el aspecto de cuidar la Intención al practicar feng shui, estamos en buena disposición de entrenarnos en los ajustes concretos para armonizar un espacio así como una situación nuestra que se relaciona con esa parte del lugar. Los libros publicados hablan de las curas feng shui, que recoge gráficamente la transformación de un espacio más o menos enfermo en otro saludable.
     El recorrido por nuestro taller ya nos hace ver que el uso de curas apoyadas en reguladores o armonizadores feng shui (como espejos, bolas facetadas, plantas, cristales, etc..), es la culminación de todo un proceso y trabajo desde nuestro ser completo. Para diseñar, realizar y supervisar una cura en feng shui, es importante que recurramos a nuestra percepción integral en un momento dado.
    Hay autores que hablan de cultivar la presencia del propio ser en cada instante. Esto está estrechamente relacionado con el enfoque meditativo en toda acción cotidiana que pasa por mantener la plena atención en lo que hacemos en cada momento ('Mindfullness').
 
atención y sonrisa al tomarse una foto a sí mismo
 
     Siempre he insistido al enseñar feng shui que los ajustes armonizadores son algo orgánico, vivo y dinámico. Primero partimos de la comprensión de lo que un espacio concreto necesita para estar equilibrado; para ello, primero observamos y constatamos qué cualidades (escribiendo adjetivos) echamos de menos o nos sobran en el lugar: estancado, pesado, oscuro.. ó vital, alegre, ordenado. Tratamos de aplicar esta técnica de observación a cada análisis de la casa para saber qué cosa concreta necesitamos 'curar' con feng shui ahora.
     A continuación, discurrimos sobre la manera más sencilla y fácil para nosotros de incorporar esa cualidad detectada al espacio, y si lo vamos hacer actuando sobre el continente de la casa (paredes, suelo, techo) o sobre su contenido (muebles, objetos estéticos y de uso). Estoy de acuerdo que los mejores elementos para una buena cura feng shui son los diseñados por uno mismo, siempre que después sintamos con claridad como la bioenergía circula mejor en el lugar.
 
 
 
 
     Durante este momento del taller presento en forma de preguntas los pasos de un proceso armonizador feng shui: (1) Preparación: ¿Qué me falta? y ¿Qué necesito cambiar, soltar, aceptar?  (2) Realizar el ajuste: ¿Durante la realización de la cura cómo siento el cambio en el espacio?, ¿Y en mí?  (3) Seguimiento: ¿Me siento más pleno y fluyo más en mi vida en relación con el significado del ajuste feng shui llevado a cabo?
     Tras realizar un ajuste feng shui, uno ha de valorar la duración del mismo, así como si necesita ser revisado para añadir o quitar algo. Hay curas que son estructurales o permanentes, otras sirven para un tiempo limitado hasta que nosotros incorporamos lo buscado con la intención, porque era algo más para nosotros y nuestras relaciones que para la casa en sí. Como comentaba William Spear, si algo funciona en tu vida, no lo cambies.. sigue tu instinto no apliques recetas de libros, y experimenta con tu percepción diaria.
     Valga un ejemplo de ahora. Después de nuestro último conjunto de cambios en la sala de estar, que nos llevó varios meses, hemos probado a colocar el escritorio en el paso hacia el comedor y de espaldas a la puerta de entrada. Para nada es una posición recomendable en los manuales, pues el espacio libre a la espalda por donde puede llegar lo imprevisto transmite inseguridad para ser compatible con actividades relajadas.
     Sin embargo, sentí la necesidad de experimentar el por qué de este cambio ahora y lo que podía descubrir. Tras más de un mes, escribo mi blog en esa posición y las sensaciones no son incómodas como pudiera haber supuesto. De ahí que anime siempre a la experimentación del posible bienestar o malestar con los espacios, y hacerlo tanto en actividad como estando tranquilos.
 
una piña decorada como un arcoíris irradia la energía de la naturaleza
y la alegría de los colores
 
     Terminamos esta parte del taller con una sencilla práctica de armonización espacial en la sala, para comprobar como hacer pequeños cambios y notar la diferencia percibiéndolo. En el próximo post damos por finalizada esta serie y trataremos de como fluir con los cambios que la vida nos trae: Caminamos.

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